"Por unos tornillos"
Es muy probable que cualquiera que haya ido a la escuela en Suiza se haya sentado en una silla Embru, dado que el 40% de las aulas suizas están equipadas con ellas. Esta popularidad puede atribuirse al lema de Embru de proporcionar "Muebles para toda la vida". Sin embargo, el propósito de esta anécdota no es promocionar Embru, sino poner de relieve la gravedad de un problema que surgió cuando empezaron a acumularse las quejas sobre su silla escolar más vendida.
El problema era que las tapas de goma de las patas de algunas de las sillas se desprendían, lo que podría parecer insignificante, pero se convirtió en una preocupación importante, ya que los suelos de las escuelas suelen ser de linóleo, que es difícil y caro de reparar o sustituir. "En aquel momento teníamos unas 50 000 unidades de estas sillas en las aulas suizas. Así que cada queja nos ponía cada vez más nerviosos. ¿De dónde venía el problema?", dice Markus Simitz, director de compras de Embru-Werke AG. Tras un examen interno, se determinó que los tornillos podían ser el origen del problema, y que las tapas de goma se salían de los tornillos avellanados cuando se sometían a una fuerza sostenida, como cuando los alumnos se inclinaban hacia atrás en sus sillas, algo que suelen hacer. Pero la cuestión seguía siendo: ¿qué había que hacer?
Sustituir los tornillos, no partes de las sillas
"Preguntemos a Bossard", propuso Markus Simitz, "ellos tienen el equipo para probar tornillos alternativos". Tras una serie de pruebas de laboratorio, un ingeniero de Bossard confirmó que, efectivamente, los tornillos eran la raíz del problema. "Juntos desarrollamos media docena de nuevos prototipos de tornillos, siendo el principal reto garantizar la compatibilidad con versiones anteriores", señala Markus Simitz. Esto significaba que los nuevos tornillos debían ser compatibles con las sillas suministradas anteriormente, sus ruedas, tapas y orificios para tornillos de 4,0 mm. El objetivo del cliente era sustituir solo los tornillos, sin tener que cambiar ninguna pieza de las sillas ni las sillas enteras, ya que eso habría supuesto un coste considerable. Una vez colocados los nuevos tornillos, el problema quedó resuelto. "Después de tres semanas de pruebas, Bossard nos entregó finalmente el nuevo tornillo".
Ventajas para el cliente
- Ahorro de costes: El cliente ahorró una cantidad considerable de dinero al sustituir solo los tornillos en lugar de tener que cambiar partes de las sillas o las sillas enteras, lo que habría resultado más caro.
- Tranquilidad: Las quejas sobre las sillas han disminuido considerablemente, y el cliente sabe ahora cómo manejar cualquier problema que pueda surgir.
- Mayor concienciación: La experiencia ha sensibilizado al cliente sobre cómo la tecnología de fijación puede ayudar a resolver problemas de diseño, como la selección del tipo de tornillo adecuado. Este conocimiento ha sido útil para desarrollar nuevos diseños.
- Garantía de calidad: Al invertir en un atornillador computarizado de alta precisión, el cliente se aseguró unos resultados óptimos y evitó cualquier problema causado por pequeñas diferencias de par durante la instalación.
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